Nunca ha existido posibilidad de desarrollo para un territorio sin unión de las gentes que lo pueblan; jamás se ha dado una iniciativa de progreso solidario que no sea protagonizada por los propios hombres y mujeres en ella involucrados; que no respete el medio natural; que pretenda el futuro despreciando el pasado y la costumbre… Un proyecto de desarrollo integral para un territorio, hoy, en el siglo XXI; para unos pueblos, aquí, en el sur de Europa, en la Extremadura de la dehesa, no es más que la búsqueda de la felicidad sin dejar de mirar en derredor: no puede ser más que una tentativa de progreso asentada en el terrazgo; no debería ser más que un proyecto de unión, de participación, y de respeto hacia el mismo lugar que nos cobija. Para lograrlo, a veces basta con el intento si éste perdura durante generaciones. Y basta, también, con cualquier excusa. Incluso el LEADER puede ser suficiente motivo para que se arremolinen en torno a la idea varios centenares de personas deseosas de aportar lo posible al crecimiento de miles.
Eso, al menos eso, sí ha empezado a ocurrir en Tentudía, ha comenzado a apreciarse en los once pueblos extremeños que forman esta comarca formándose, este trozo de tierra llena de riqueza e ilusiones sin usar: Bienvenida, Bodonal de la Sierra, Cabeza la Vaca, Calera de León, Fuente de Cantos, Fuentes de León, Monesterio, Montemolín, Pallares, Santa María de Navas y Segura de León.